La prefectura japonesa de Niigata siempre ha sido la meca de la metalurgia antigua, especialmente la región de Tsubame-Sanjo, que recibe el nombre de las dos ciudades que la componen.
La historia local de la metalurgia tiene su origen en el cauce del río Igarashi que atraviesa Sanjo: fue aquí donde se descubrieron partículas de hierro hace ochocientos años.
La particularidad de los cuchillos japoneses es su aleación específica de acero al carbono forjado con ácido bórico, que da a su hoja la dureza que los hace famosos en todo el mundo.
Crear cada una de estas piezas según la tradición requiere tiempo, pero también muchos pasos. Requieren el dominio de habilidades manuales que se han transmitido de generación en generación.